Este blog ha sido creado para comentar las obras que se interpretarán en los conciertos programados por la ASOCIACIÓN FILARMÓNICA DE ALMERÍA (A.F.A.).

A los pocos días se cancelaron los conciertos debido a la pandemia por Covid-19. No obstante, he decidido colgar los comentarios a las obras de los conciertos ya programados. Espero que estos apuntes sean bienvenidos por todo filarmónico.

Mucha salud a todas/os. Federico Soria Estevan.

Artículos

jueves, 11 de junio de 2020

El piano en imágenes

EL PIANO EN IMÁGENES

1. Clavicordio y su mecanismo

                El clavicordio fue uno de los más populares instrumentos de tecla del período barroco. Su única acción, desarrollada a partir del simple monocordio, lo hizo el más extremadamente sensible de los instrumentos de su época. Su excepcional suavidad de sonido, parecida a la del laúd, lo obligó a ser usado solamente como instrumento doméstico. Su vida terminó justo cuando nació el piano. En la fig. 1 se observa el mecanismo de pulsación de la cuerda: Una lámina de metal llamada tangente, impacta en la cuerda al presionar la tecla, quedando unida a la cuerda mientras la tecla siga presionada; ello permite un breve y suave vibrato al aumentar y disminuir, con muy poca intensidad, esa presión intermitente ejercida con el dedo. De todo esto se infiere que el clavicordio es un instrumento de "percusión", ya que la cuerda es percutida (como en el piano), no pulsada (como en el clave). (Ver figura 1).



  Figura 1. Clavicordio, con tangentes que 
                  golpean la cuerda desde abajo.




2. Clave, clavecín o clavicémbalo.

En la figura 2 se observa el mecanismo de pulsar las cuerdas en el clavicémbalo (clave o clavecín). Es una pestaña el que crea las vibraciones en las cuerdas cuyas teclas se han pulsado. Dicha pestaña abandona de inmediato la cuerda ("la cuerda escapa del plectro"), por lo que ésta sigue vibrando hasta que el intérprete deje de presionar la tecla, poniendo así en funcionamiento del efecto de "apagar" esa vibración, gracias a un fieltro (antes, de cuero).
«El clavicémbalo no se vio favorecido por su limitado volumen sonoro, pero con el fortepiano la situación cambia: es la señorita Lechantre la que lo usa en 1768, quizá por primera vez, en un concierto público,  y desde 1780 los pianistas serán cada vez más numerosos... Aparecen los primeros solistas de arpa, guitarra y mandolina» ("Historia de la música. La época de Mozart y Beethoven". Por Giorgio Pestelli.  (Turner, 1986).


Figura 2. Clave, clavecín o clavicémbalo.                                                        
















Piano
El piano. Actualmente, es el más popular de los instrumentos musicales. Hacia 1700, el italiano Bartolomeo Cristofori hizo experimentos para crear un instrumento de teclado que tuviese una respuesta de mayor volumen de sonido que el clave ante las manos del ejecutante. Lo encontró, y poco faltó para que nadie lo supiese si no se hubiera interesado el escritor Scipione Maffei, quien escribió un artículo después de visitar el taller de Cristofori. Dicho escrito fue traducido al alemán y de ahí que Gottfried Silbermann comenzara a construir pianos. En 1760, Johannes Zumpe (fig.3), uno de los alumnos de Silbermann, llevó consigo a Inglaterra sus conocimientos y desarrolló allí su "piano cuadrado". Desde entonces, la construcción de pianos con diferentes tamaños, formas, estructuras, aditamentos, mecanismos, etc. continuó en Europa y América durante los siguientes cien años, hasta llegar a ser el instrumento que hoy es.  


                                             

Fig. 3 - Piano Zumpe


         La primera interpretación pública de un piano solo fue realizada por Johann Christian Bach -hijo del gran Johann Sebastian- con un piano Zumpe, en el año 1768, en Inglaterra.
     He aquí parte del artículo de B. Cristofori publicado en 1711 y que pone de relieve las buenas cualidades de su invento:
     "Todo buen conocedor sabe que lo tenue y lo fuerte es, en la música, como la luz y la sombra en la pintura, la fuente principal de la que los expertos en arte han extraído el secreto que les permite deleitar muy especialmente a sus oyentes. Ya sea en una frase expositiva o resolutiva, en un artificioso aumento o disminución, así es como poco a poco se deja extinguir la voz para, a continuación, hacer que de pronto vuelva con fuerte sonoridad… Dejando aparte esta mutación o diversidad de sonidos, en la que, entre otros, los instrumentos de arco se muestran excelentes, el clavecín está totalmente privado de ella, y si a alguien se le metiera en la cabeza hacer uno dotado de ese don especial, se le diría que su idea era vana. Y, sin embargo, el hecho es que en Florencia ese atrevido invento no solo ha sido felizmente ideado sino gloriosamente puesto en la práctica, gracias al señor Bartolomeo Cristofori, constructor de claves nacido en Padua y al servicio del gran duque».

     En la figura 4 se presentan dos pianos de diferentes constructores: A la Izquierda, piano de Andreas Stein, de 1767. A la derecha: piano de Broadwood, de 1792, con cuerdas y bastidor más resistentes. Este piano inglés producía sonidos más potentes que sus antecesores los alemanes. 


Figura 4.  Piano. Macillos de madera 
con fieltro y mecanismo de escape.  



Al pie de la ilustración se advierten los mecanismos "normal" y el "de escape". Un piano Broadwood, igual que el de la imagen, fue embarcado en Londres con destino a Viena, regalo del fabricante inglés a Beethoven.  Aquí, ya no es un plectro ni una tangente lo que produce la vibración de la cuerda, sino un macillo o martillo de madera recubierto con fieltro especial y con el sistema de escape, que deja libre la cuerda inmediatamente después de ser golpeada. Así ocurre también en el clave (véase la figura). Pero lo más importante es que se pueden producir sonidos más potentes y más suaves, con una duración mucho más larga de la vibración de la cuerda tras su estimulación, ya sea pellizcada (en el clave) o percutida (en el clavicordio y en el piano). También es destacable que se pueden hacer pasajes de intensificación y debilitamiento del volumen, conseguido mediante la combinación de la fuerza con que el intérprete ataca las teclas sumada a la maquinaria del instrumento diseñada para ello (en la partitura se escribe crescendo y decrescendo). Para ello se dispone de la posibilidad de que todas las cuerdas del piano -aparte de la percutida- suenen y sigan sonando por simpatía, creando un ambiente sonoro en la caja de resonancia que resulta muy sugerente y del que el ejecutante puede sacar un efecto artístico nuevo y muy atractivo. Además, el registro "una cordaen el piano moderno hace que un bastidor, tan largo como el propio frontal del piano, pueda ser desplazado dos o tres milímetros hacia la derecha, haciendo que el martillo golpee sólo una de las tres cuerdas que contiene en el bastidor cada nota de las agudas, o una de cada dos que tienen las medias; por su parte, las notas de los graves tienen una sola cuerda de acero recubierta de un material que les acrecienta la sonoridad. En el piano vertical (el casero o de pared) ese efecto se realiza pisando el pedal izquierdo, cuyo efecto consiste en retirar todas las palancas que contienen los martillos, quedando estos más alejados de las cuerdas, con lo que el golpe es amortiguado y, con él, también el sonido. Todas estas posibilidades continúan desde entonces formando parte de la mecánica interna del piano. La dinámica, esto es, la potencia o cantidad de sonido, sólo ha sido superada por el uso de la electricidad en los "pianos eléctricos", ampliamente usados en la llamada música ligera




Figura 5.  Piano de B. Cristoforo
En la figura 4 se ve el piano de Bartolomeo Cristoforo hacia el año 1700. En la zona de abajo se ven dibujos explicativos de las diferencias entre el plectro de los claves y el martillo de los pianos.




                                      ----------------------------------

             Terminaré esta entrada con unas palabras del filósofo que más y mejor ha comprendido el significado de la música: Arthur Schopenhauer, para quien la música es la manifestación más perfecta de la Voluntad, que él identificaba con el Querer vivir o Voluntad de vivir, la parte metafísica del arte y del mundo.
             «Si escuchamos música únicamente instrumental, por ejemplo, una sinfonía de Beethoven, vemos cómo en ella se nos muestra la máxima confusión basada, sin embargo, en el más perfecto orden; la lucha más violenta que en el instante inmediato se configura en la más bella concordia: es la rerum concordia discors (la concordia discordante de las cosas) una reproducción fiel y completa de la esencia del mundo, que rueda en una inabarcable confusión de innumerables formas y se conserva mediante la perpetua destrucción de sí mismo. Pero, a la vez, en esa sinfonía hablan todas las pasiones y afectos humanos: la alegría, la tristeza, el amor, el odio, el horror, la esperanza, etc., en innumerables matices, pero solo en abstracto y sin especificación: es su sola forma sin contenido material, como un mero espíritu del mundo sin materia».   

No hay comentarios:

Publicar un comentario